miércoles, 6 de junio de 2007

Ricardo de Orueta y Duarte


Ricardo de Orueta (Málaga, 1868 - Madrid, 10 febrero de 1939) fue un importante crítico de arte español de la primera mitad del siglo XX, especialista en la escultura de los siglos XVI y XVII. Fue nombrado, en la II República, Director general de Bellas Artes, y tuvo una decisiva actividad organizadora de los museos.

El historiador del arte Ricardo de Orueta y Duarte pertenecía a una familia malagueña muy culta, lo que le facilitó una formación políglota. Desde 1911, fue muy afín a la Institución Libre de Enseñanza, y estuvo vinculado en Madrid a la Residencia de Estudiantes.

Conoció directamente a los mejores intelectuales de las generaciones del 98 y de 1927, no sólo a José Ortega y Gasset, a Juan Ramón Jiménez (Españoles de tres mundos), Alberto Jiménez Fraud o a José Moreno Villa (Memorias), sino a toda una plétora de personas que elevaron el nivel cultural español en la Edad de Plata.
Ricardo de Orueta fue investigador sobre escultura en las Secciones de Arqueología y Arte del Centro de Estudios Históricos (CEH).

Escribió, en la segunda década del siglo XX, monografías importantes sobre ciertos escultores españoles, como Pedro de Mena (1914), Gregorio Fernández (utilizando el nombre por el que se le difundió antaño, Gregorio Hernández, 1920), y sobre todo Berruguete (1917), con interesantes fotos propias, lo que supuso una acción gráfica pionera en la crítica del arte en España.

Durante el resto de su vida estuvo interesado en la conclusión de su estudio La escultura funeraria en España, que se vio interrumpido por sus obligaciones como político; quedan varias partes elaboradas. Por otra parte, un texto excelente suyo, La expresión de dolor en la escultura castellana, fue su revelador discurso de recepción en la Academia de Bellas Artes, en Madrid, 1924.

Su vida como impulsor de la custodia de las artes en España ha sido decisiva tuvo su culminación, ya mayor, en la II República. Perteneció pronto al Partido reformista y estuvo muy vinculado a Manuel Azaña, lo que le condujo a asumir responsabilidades públicas.

Durante los años treinta fue elevado al cargo de Director general de Bellas Artes en dos ocasiones distintas, ambas importantes. Siempre se propuso salvaguardar el patrimonio artístico español (que se llamaba 'Tesoro Artístico' nacional). Orueta logró ese puesto, por primera vez, con la aparición de la II República, en abril de 1931, que mantuvo hasta diciembre de 1933. Más adelante, accedió de nuevo a dicho puesto en febrero de 1936, pero lo dejó en septiembre de ese año, cuando el PCE se encargó de la cartera ministerial correspondiente, poniendo a Josep Renau al frente.

En la primera etapa de responsabilidad, Orueta impulsó importantes medidas legislativas para la preservación y el aumento de competencias de Bellas Artes. Asimismo impulsó la creación de la Junta Superior del Tesoro Artístico (en 1933), y la fundación mediante trasformación de nuevos museos y sus patronatos, destacando el Museo Nacional de Escultura, de Valladolid (de nuevo con ese nombre, desde noviembre de 2011, tras haberse denominado desde 2008 Museo Nacional Colegio de San Gregorio), o el de Aranjuez, el Epigráfico de Barcelona, el Celtíbero de Soria, el Galdosiano de Santander, el Histórico Militar de Madrid o el Arqueológico Provincial de Almería.

Además, Orueta nombró o confirmó a grandes figuras, como a Francisco Javier Sánchez Cantón en la subdirección del Prado, José Moreno Villa en la dirección del Archivo de Palacio, o Juan de la Encina al frente del Museo de Arte Moderno. Creó al tiempo estructuras de investigación histórico-artística, de vocación proteccionista y divulgadora, como el "Fichero de Arte Antiguo" (1931).

En la segunda etapa como Director general en 1939, que empezó en su línea anterior, tuvo que ponerse al servicio de la defensa del patrimonio ante el estallido de la Guerra Civil, y como gran conocedor de las Bellas Artes ayudó a esa salvaguardia ejemplar. Fue trasladado a Valencia al final, y murió en Madrid al poco tiempo de finalizar ésta.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, buenos días
He llegado a su página tras visitar ayer en el Museo Nacional de Escultura, en Valladolid, la exposición homenaje a la figura de Ricsrdo de Orueta. Descubrir su humanismo y su gran aportación a la preservación del patrimonio español ha sido una gran satisfacción. Esta muestra hace justicia a este gran intelectual de la República Española, que posteriormente ha sido injustamente olvidado. Hombres asi precisan del reconocimento público y la difusión de los valores en la salvaguardia del patrimonio historico artistico como bien comón. Gracias

Unknown dijo...

Muchas gracias. Por un lamentable descuido no había leído tu comentario